"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


5/24/2024

El galán de noche

 Hace pocos días Darío Pinneaple hizo una reseña apoteósica sobre una película titulada El galán de noche que me dejó entre hacerme acordeonista callejera o ver la peli chutada de calmantes y escondida detrás del sofá. Le telefoneé de inmediato, y estas son las frescas que intercambiamos:

-Darío, soy Mina.

-¿De lápiz?

-Siempre haces la misma gracia.

-Hola, mamuasel.

-He visto tu reseña.

-¿Por la calle? ¿La saludaste?

Silencio de mi parte, risitas comprimidas por parte de Darío.

-Me dejas de piedra. ¿Es tan chunga?

-Yo no he dicho eso. He dicho que deseaba que acabase desde el minuto 28, lo cual es en realidad lo mejor que podría ofrecer una película, hacía siglos que ninguna peli me producía emoción alguna.

-Ya... pero la emoción no era buena.

-Es la mejor película del mundo precisamente por eso, al menos sentí algo. Es diferente a todas. Me tenía absorbido y aterrado, me produjo picor en la nariz y en el bajo vientre.

-No sé cómo interpretar eso. No la veo, que paso miedo. 

-No es de miedo, solo desconcierto y sensación de carraspera. 

-Que no me la veo.

-Es más bien una peli angustiosa con poderes hipnóticos, te replanteas tu vida y la del vecino del quinto en cuanto acaba.

-Darío, basta. Quiero ir a ver la peli de los Planetas, si eso.

-Ni muerto me metes a esa. Yo recomiendo ver El galán de noche. Es lo mejor que he visto en el cine.

-¡Pero si la has visto en tu casa!

-Mejor me lo pones. El hecho de no tener galán de noche y contrastar mi casa con la de la peli, ese vacío junto a mi cama, llega a provocarme alucinaciones y me pregunto cómo he sobrevivido hasta ahora sin tener un lugar donde exponer mi ropa, usada o elegida para el día siguiente. Además, desde que la he visto, metabolizo mejor los guisantes. 

-Mira, tío, no me gustan los galanes de noche, mi abuelo tenía uno y una vez lo metió en la cama con mi abuela para que pensase que seguía ahí mientras visitaba a la del tercero...

-Se han tratado temas parecidos, pero nunca el suceso inhóspito de El galán de noche. Es una cinta con la que llegas a sentir lo que podría pasarte sin que te pase nunca nada. Es que no te puedo contar más, que te desvelo la cosa en sí, que es lo más eso que nunca tal.

-Creo que voy a escribir sobre esto, Darío, empiezas a darme miedo. 

-Si eres honesta contigo misma, deberías ver la peli primero. Y por supuesto, te prohíbo que me cites en tu escrito. Si quieres una cita, eso es otra cosa. Podemos quedar para ver la peli. Solo tienes que verla, aunque no quiero estar relacionado si te causa un trauma de por vida, Eres tan maja, que sería una pena...

-Pero, ¿cómo puedes ser tan plasta?

-¡Pero si me has preguntado tú! No voy diciéndole a todo el mundo que es un filme agónico inexplicable, mucho menos que la vean si no están preparados. Hay casos de gente que ha muerto viendo un filme.

-Claro, Boris Vian, sin ir más lejos. Hicieron una peli sobre su libro Escupiré sobre vuestras tumbas sin tener en cuenta su parecer, y el pobre la cascó viendo proyectada aquella bazofia. ¡Y yo nunca veré El galán de noche, Pineapple, me niego absolutamente!

Darío Pinneaple esperando junto al Kebap,
haciendo alarde del título de su nuevo filme favorito
-Nadie debería cerrarse a sentir, y eso es lo que haces, Mina, cerrarte a abrir esa puerta que te ofrece El galán de noche y ver qué pasa. Puede que todo siga igual, puede que te conviertas en una ortiga, que te salgan pezuñas, o que no puedas volver a pegar ojo hasta los sesenta y tres. Ahí está la gracia

-Lo más parecido a un galán de noche que conozco eres tú, Darío, ya tengo bastante con eso. Creo que te debo una pizza o un kebap. Déjate de rollos.

Quedamos en la pizzería-kebap de la esquina y lo único que pudo frenar la incontinencia verbal de aquel auténtico galán de noche fue un atragantamiento y el rapapolvo de la trabajadora del SAMUR, que le recomendó no hablar al comer, ni siquiera sobre aquella película de culto que también ella conocía.



9 comentarios:

  1. En una ocasión vi una película que me causó mononucleosis. Fue terminar, y ya estaba con los primeros síntomas. Conozco a gente que me ha dicho lo mismo. Nunca revelaré el nombre de esa película, que es la sexta película de un director manchego con pelo recio cuyo apellido empieza por al. Por favor, no insitáis en eso porque no quiero yo dejar mal a nadie, nunca, repito, nunca diré de qué película se trata.
    Semíramis Teriosso

    ResponderEliminar
  2. Hace siglos fui al cine con un antiguo amante. Ambos nos metimos en la boca un chicle por pura timidez y cuando la peli llegó al momento dramático decidimos enrollarnos por aburrimiento total. Los chicles se encontraron y se hicieron una bola molesta de dos sabores muy diferentes, y como aquello resultaba insoportable al tiempo que aquel beso me mantenía encantada, decidí tragarme la gran bola y seguir con el lengüeteo. El resultado fue terminar en urgencias aquella noche para que me hicieran un lavado de estómago. Denuncié al director del film por provocarme aburrimiento y haber terminado como acabé.
    Mamen Tirosa

    ResponderEliminar
  3. Siento decir que hace siglos que no sigo este blog porque las modas han cambiado. Por ejemplo, ya ni llevo pajarita, ni me lavo en un bidé. Espero que entendáis lo que quiero decir
    Arthur Dydo

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  5. Hace siglos acudí a un congreso de películas de terror, y cuál fue mi sorpresa al comprobar que se trataba de las pelis de Pajares y Esteso. Nunca había visto una, y cuando la proyectaron, pude comprobar que hay terror de muchos tipos, y que aquel era el más terrible de todos. Sigo un poco cucú desde entonces, lo admito.
    Reme Troncho

    ResponderEliminar
  6. Soy Aníbal Gourmet, alguien anónimo a quien le gustaría opinar sobre esto. Primero de todo, no creo en la amistad entre un hombre y una mujer, mucho menos en la de Darío Pinneaple con nadie de este mundo. Segundo, y no menos importante: en la adolescencia solía acudir a una tienda de caramelos de mi barrio a reírme de la dueña, que era francesa. Acudía con varios amigos que hiciesen de testigo, y le decíamos a Dominique (aquella mujer): tiene caramelos? Y ella decía: clago! Aquí solo vendo cagamelos! Entonces le decíamos: que vende, que? Y repetía: cagamelos! Y le decíamos: pues qué asco!! Y nos íbamos corriendo carcajeando calle abajo. Dominique se asomaba por la puerta y nos llamaba cabggones y eso nos hacía reír un rato mas. Hoy en día nadie puede reírse de nadie, aunque un francés diga caga en vez de cara. Hay derecho a esta situación? Hasta dónde hemos llegado?
    Ron Kando

    ResponderEliminar
  7. Entiendo perfectamente a Ron o Aníbal, como quiera que te llames, precioso. Soy una mujer madura como una nuez de las que llevan siglos de adorno en el cuenco de encima de la chimenea. Juraría que llevo en ese cuenco varias generaciones, pero eso no importa. Solo me gustaría saber por dónde sales para coincidir contigo. Llevo décadas deseando encontrar a alguien que me haga reír, y que se haya reído de los franceses alguna vez (yo soy belga). No tengo nada más que añadir a este comentario estelar, más que proporciono varios miles de euros al año a la clínica estética Vuelve a Nacer. Soy una filántropa.
    Fuchi Chic Aliente

    ResponderEliminar
  8. Hola mina, yo tamien he visto la película. No suelo dignarme a comentar posts online como este, porque mi trabajo me mantiene ocupado la mayor parte del día. Prefiero no revelar al público mi ocupación, solo aclarar que no soy el presidente del gobierno, parece una obviedad decirlo, pero por si acaso algien se lo preguntaba creo que es buena idea aclararlo. No soy el presidente del gobierno, insisto en ello por si acaso hay alguien aún con dudas.
    Volviendo al tema del galan de noche, por ponerlo de alguna manera, esa peli me ha transformado, Darío Pineapple lo explica de sobremanera, no es el hecho de sentir algo bueno, sino el hecho de sentir algo a secas. Llevaba tanto tiempo creyendo que sentía, pero no ha sido hasta ver el galan de noche que me he dado cuenta de que todo lo que sentia no era nada en comparacion con los sentimientos que
    Saqué a flote al ver esta pelicula. Me ha cambiado, ahora aprecio todo mucho más, me ha vuelto salvaje. Ya no uso calzadores, me visto yo solo, y algunas mañanas se me olvida peinarme. He aprendido cinco palabrotas nuevas y me he comprado una playstation. A todos los imbéciles que no quereis ver la peli, vosotros os lo perdeis, a aquellos que si querais verla, os recomiendo que lo hagais completamente desnudos excepto por una pajarita, un sombrero de copa y unos tirantes. La experiencia mejora exponencialmente.
    Un saludo cabras locas.
    Con cariño, dulzura y ganas de más,
    Perdro Sancez

    ResponderEliminar
  9. Estimado Pedro: no te reconozco. No quiero insistir pero insisto, en que aunque te llamas como el presidente no lo eres, pero me apunto lo de la pajarita. Tú sí que eres un gran pájaro. Croooooack!!
    Macu Kutrás

    ResponderEliminar