"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


9/24/2013

Entrevista... pero no de trabajo

Vinieron a buscarme.
Eran dos.
Altas, de patas largas, y periodistas profesionales.
-¿Mina Patuco?
Dudé si descubrirme o señalarles a Toñi, la cajera.
-Venimos a entrevistarte, Mina, comienzan a conocerte en el barrio.
-No entiendo por qué. Hace tiempo que dejé el fanzine.
-Gracias a tu trabajo en esta clínica de pedicuras, y a lo que rajas en el parque cuando cuidas a esos diablos del edificio de al lado, la gente del barrio conoce la historia. Gavilán Palomo es como si fuese vecina de los alrededores.
-Gavilán puede que haya fallecido ya. Tenía unos 120 años en 1999.
-Eso no nos importa.
-¿Quiénes sois y qué hacéis aquí? ¿Os interesa alguna de nuestras ofertas "pies suaves"?
-Somos dos tías buenísimas sin trabajo fijo. Como tantas. Solo queremos una entrevista, Mina. Hay demasiados rumores, demasiadas teorías sobre quién eres y quién es Gavilán.
Me quedé pensando si debía abrir el pico. Si alguien quiere saber algo sobre Gavilán Palomo lo mas fácil es que soliciten La Novela de forma gratuita aquí. Pero eso ya lo sabían ellas.
-No hay nada más que pueda decir que no esté reflejado en la feroz novela que todos ya conocen.
-Hay mucho más. Nadie sabe qué fue de China Town y de Negrito Café. Del Pipas, si es que vuestra historia de amor fue real, de la mismísima Trinidad y Tobago.
Aquellos nombres retumbaron en mi mente como cuchillos afilados, y el de Trini como un purgante al estomago. La mujer a la que estaba lijando los callos en ese momento me advirtió que tenía prisa. Las preciosas periodistas continuaron.
-Tenemos la sospecha de que esas personas existen bajo otros nombres, que tienen un papel en tu vida, incluso que esta clínica podológica es sólo una tapadera del estudio de una escritora profesional, casada con el Pipas desde hace tiempo, con quien tiene varios hijos y cuyas amigas, arquitecto y abogada respectivamente, llevan una vida normal.
-¿De qué me estáis acusando? - grité tapándome los oídos para darle drama a la situación.
-De ser una persona común.
El fantástico resultado de mi trabajo aquella tarde
a pesar de aquellas acusaciones
Las eché a patadas, no sin antes convencerlas de comprar un pack de depilación de 250 euros y enterarme de dónde habían comprado esa ropa. ¡Nunca me habían insultado de una forma tan directa y vulgar! ¿Trabajo fijo yo? ¿Hijos? ¿Marido? ¿Amiga de personas con futuro? ¿Por quién me habían tomado?
Llame a P., la madre de los niños a los que cuido, y entendió perfectamente mi postura (de yoga).