"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


2/29/2024

La misteriosa postal de Samantha Fox



 El otro día recordé con emoción que tengo un buzón para el correo, y fui directa a abrirlo impacientemente. Tenía la corazonada de que podría encontrar algo más interesante que publicidad de audífonos o de croquetas rellenas de pizza. Y la verdad es que me llevé varias sorpresas. 

La carísima muestra de crema
"Cutis de Ángel"
Por un lado, había unas muestras de crema milagrosa "Cutis de ángel" (emplearé otro post para relatar las consecuencias de impregnar tu piel con algo que tiene el aspecto de caca de ave). También había una factura del teléfono fijo, de 2017, que ha quedado súper vintage enmarcado en la pared de la entrada. Por último, me esperaba una postal muy atrevida de Samantha Fox en 1986, pero no dirigida a mí, si no a un tal Archie Lemur, de parte de Troy Williams, de Clevaland, Ohio. La carta me subió de veras los colores y decía así: 

Querido Archie, 

hace tiempo que no sueltas prenda sobre tu vida, me pregunto qué haces, viejo zorro, en esa ciudad mexicana que has elegido para vivir, Madrid. 

Troy y Susan junto a la cabaña,
después de haber inhalado helio,
hablando como Alvin y las Ardillas
(en la foto no se aprecian las voces)

Te escribo desde Rocky Creek, donde una mujer muy ardiente me ha traído a pasar unos días. Te confieso que me metí en una de esas aplicaciones de citas sin ninguna esperanza, con esta edad que tenemos, mi calvicie, la sordera y mis problemas de próstata. Pero hicimos match y nos encontramos en el parking del Mall de mi pueblo. Desde entonces, nada la ha detenido. Tiene solo cinco años menos que yo, pero la energía de todas las jovencitas que suman su edad (tres de veinticinco). Me lleva a hacer actividades sin descanso y he vuelto a tener agujetas por todo el cuerpo. Ahora me tiene aquí, desde el viernes pasado, en su cabaña de Rocky Creek, y hemos hecho cosas que pensé que no volvería a hacer en esta vida (inhalar helio, fumarnos un canuto y ya sabes qué... ¡Sí, ya lo sabes, viejo zorro amigo mío!)

Espero que me libere para participar en el campeonato de brisca canadiense del pueblo y encontrarme allí contigo si te animas a cruzar el charco para la ocasión. También está clarísimo que puedo morir entre tanto mambo number five, pero si muero, lo haré con una fina sonrisa de felicidad. 

Te quiere, 

Troy

Creo que la postal es de hace tiempo. No tengo ni idea de cómo llegó a parar en mi buzón, pero es lo más auténtico que ha caído en mis manos últimamente, entre tanta enajenación digital. Estoy tentada de escribir a Troy para curiosear, pero el panadero de abajo opina que no debo entrometerme.