El tío
Toni es ese hombre que venía de visita los domingos para sacarnos de paseo a
mis hermanos y a mí. Era una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde porque tan pronto
contaba unos chistes para mondarse como en un suspiro se ponía rojo como un
tomate regañándonos a pleno pulmón por cualquier memez. Las ganas de verle eran
contradictorias, pensando en la diversión y en las broncas a partes iguales.
El fin
de semana pasado me acerqué a verle a él y a mi tía y me invitaron a un cocido
de los de antes. Los comentarios fueron los de siempre: “por qué no te casas,
búscate un trabajo serio, vete a misa…” Pero llegado el momento, el tío Toni se
vino arriba y comenzó con su ristra de chistes, algunos groserísimos, como este
que se inventó delante de mis narices, asegurando que se lo habían contado
“ayer”:
El tío Toni con tapones de botella en los ojos, su gracia favorita |
Mi tío
soltó una gran carcajada, como si acabase de oír el chiste en boca de otra
persona (probablemente se había sorprendido a sí mismo, ya que se lo había
inventado); mi tía se llevó las manos a la cara y se tapó los ojos denegando
con la cabeza y yo me mondé por su originalidad pero, sobretodo, por la imagen
de ambos, cada cual en su papel. Al verme reír, se animó aún más porque su
público favorito le acompañaba (casi seguro que la imagen de mis hermanos y yo
desdentados, riéndole las gracias, le vino a la cabeza) y se aventuró en algo
mucho más complejo que decía así:
El tío Toni vestido como un chiquillo moderno, leyendo Gavilán Palomo |
Llegados
a este punto, mi tío llevaba un cogorza humorística que no había quien lo frenase,
a pesar de que el chiste es, aunque a mi juicio muy bueno, de un humor tan
elevado que pocos lo reirían. Sin embargo, no pude evitar partirme y pedir otro
mientras mi tía seguía refugiada “con el café”. Animado por los buenos
resultados, se lanzó con un tercer chiste:
-Un
tipo entra en un bar y pide una ración de mejillones. El camarero se hace el
remolón y trae sólo la bebida. El cliente le pregunta: “oiga, ¿y los moluscos?”
a lo que el camarero contesta “MOLUSCOMÍ”.
La
magia se evaporó y a la tía se le cayó el café por el camino. Fue como un jarro
de agua fría. El tío Toni arrancó a reír pero yo no lo conseguía y él tampoco
acababa de creerse su propia risa. Entonces, le vi arrugar la narizota, un
gesto que avisa de que la bronca-cabreo se avecina. Sabía que, hiciese lo que hiciese, me caería la bronca del
siglo. Así que me aventuré a decir “parece que estas nuevas elecciones…” y
entonces me cortó y me cayó la del pulpo, puso verdes a “aquellos cinco
payasos” y y echó la culpa a mi generación, rojo como un boniato y a punto del
colapso cardíaco. Yo me acordé de Michael Jackson y de su moonwalker y me puse
de pie mientras recibía la bronca (que me traía entrañables recuerdos) y me iba
alejando marcha atrás, hasta que alcancé la puerta y salí por patas.
Adoro
al tío Toni, y olvidé decirle que le quiero antes de irme y por supuesto, estoy
deseosa y aterrada – a partes iguales- de volver a verle pronto.
Soy de un pueblo de Carolina del Sur, Estados Unidos, y mi tío Elmer era tres cuartos de lo mismo: cogía el arado de la tía Sue y se ponía a hacer malabares con él, hasta que un día se segó un brazo y se quedó manco. Era tan bromista que guardó el brazo segado en formol, y cuando venía alguien nuevo a visitarles, se lo metía en la manga y hacía que se le caía el brazo por accidente. Varios visitantes fueron internados después de aquello, pero él reía como loco, era un gran tipo. En su vertiente gruñona, un día me propinó una gran paliza después de robarle una loncha de bacon en el desayuno. Cómo le echamos de menos...
ResponderEliminarColin Dante
Dudo que el tío Elmer exista y sobretodo que un americano maneje el español tan bien. No tengo más nada que decir, a parte de que todo este circo me pone furioso.
ResponderEliminarAlejo Demasié
Ya está, ya está, no se podía callar! Alejo Demasié arruinándolo todo!!
ResponderEliminarP. D. T.
Sé muy bien de lo que habla este post. Yo también encuentro los plátanos de Canarias excesivamente caros, y eso me lleva a comprarlos de importación.
ResponderEliminarNata Caña
Como diría el tío Toni: Creo que los compras de importación para darte IMPORTAncia. Ja. Jaaaa.
ResponderEliminarT. T.
Mina Patuco, ¿no tienes miedo de que el tío Toni te abronque después de esta publicación? Debería darte vergüenza hablar así de un familiar mayor que sólo quiere divertiros y regañaros por igual, como haría cualquier tío del mundo, y casi como un padre...
ResponderEliminarRemedios Casero
Soy una mujer alta y fina y por eso tengo la habilidad de colarme por las verjas de cualquier sitio sin problema. La pasada noche un tipo me pidió entrar en su casa a través de las rejas de la ventana, porque se le habían olvidado las llaves, para sacarle el dinero y las joyas que tenía en el joyero (no recordaba dónde estaba, pero decía que casi seguro en el cajón de la cómoda). Yo soy cooperante y aquello me pareció una obra de caridad, pobre hombre, lo disgustado que estaba... le saqué todo y me dio las gracias y un beso en los morros, decía que era ruso y así se agradece allí. Luego vino la poli, malinterpretó todo, y estoy en la trena. ¿Algún abogado? El pobre hombre tenía prisa y no se pudo quedar a declarar en mi defensa.
ResponderEliminarBobby Tatou
ResponderEliminarLo que no entiendo es cómo sacas a la luz los entresijos de tu familia, Patuco. Jamás, bajo ningún concepto , contaría yo, por ejemplo, que mi abuela duerme en pelotas desde hace años ni que tienen que operar a mi hermano Fabio de almorranas (de las chungas). La indiscreción no me seduce, pero sí el hijo de mi portero.
Bob Ocazas
El bueno de Toni...
ResponderEliminarRecuerdo una noche en 1964, Toni salía de Chicote con su mujer. Yo le envidiaba por su porte y por su parte. Intente llamar su atención bailando un solo de claquè. Apenas me miro y me dijo:
Hombre tu otra vez...
Por qué me dijo eso?????!!!!!!!!
Era la primera vez que le veía!
Su mujer muy elegante. Una mujer con una mirada explosiva.
Aún recuerdo aquel día...
John Guerras ( peluquero de perros)
Conozco bien a esa familia...
ResponderEliminarLes gusta ponerse cosas en las cuencas de los ojos.
También en los dientes.
Son peculiares.
Les sigo -de lejos claro- desde hace varias décadas. Tengo documentos gráficos muy jugosos de sus vidas pero jamas venderé una exclusiva.
Mis labios están sellados y mi corazón siempre cerca del gran Toni.
Toni os the best!, ya lo decía la gran Tina...
Fdo: Ton- Tina
Querido John,
ResponderEliminarme dejas atónita con estos comentarios que he descubierto hoy mismo. Descúbrete la careta, aunque creo que vives lejos y sosPECHO quién eres...