Como en aquella película, he descubierto que al otro lado de mi pared está la consulta del psiquiatra del 3C. Hay una mujer que acude con frecuencia a la hora del té, y a través de un agujerito que descubrí detrás de un póster de Isabel Pantoja que dejó la inquilina anterior, puedo espiarla tranquilamente. Me parece muy interesante conocer más sobre el ser humano y la sera humana. Aquí va lo que pude captar esta mañana:
La paciente, despidiéndose del psiquiatra antes de irse. |
–Ya lo veo
–Usted cobra 120 euros la hora por estar aquí, y ni siquiera tiene diván
–Ahá
–No consigo entenderme. Gano 900 euros al mes. 600 van al alquiler y 240 van para usted porque vengo dos veces al mes. ¿Qué me queda?
–60 euros para comida y champú.
–Pero, ¿hago bien, doctor?
–Hombreeeeee, mujeeeeeeer...
–Me quedo mucho más tranquila entonces, doctor. Es usted un sabio.
Buenas tardes, acabo de leer este post y estoy muy afectada. Acudo a un terapeuta de olores pestilentes que me va fenomenal, y me parecería realmente horrible que alguien nos estuviese espiando, tanto a mi terapeuta, que es quien suelta los olores, como a mí, que soy quien se trata con ellos. Exijo explicaciones.
ResponderEliminarConsuelo Resbal Adizo
La hora del té es la hora de la merienda? No lo tengo claro
ResponderEliminarEmma Racas
Ya lo decía Doris Day: "Qué sera, qué sera..." Es que hay algunas seras que parecen fardos
ResponderEliminarMarisa Lada