La pasada noche Morfeo vino a mí para mecerme en sus brazos oníricos y luego abofetearme bien fuerte. Pero eso sólo fue la primera parte del sueño. Yo lo interpreté como un aviso, una metáfora de lo que me esperaba: un sueño si no malo, al menos inquietante.
Yo misma en mi sueño (donde aparecía como un hombre robusto), hablando con mi prima, Pili Grossa. |
Me encontré de pronto en la estación de Atocha esperando un tren hacia Lisboa, una de mis ciudades favoritas (a parte de Madrid y Chinchilla, poco más conozco). Yo parecía emocionada con mi viaje, y mientras hacía tiempo sentada en un sillón de esos que te dan un masaje por 50 céntimos, vi pasar primero a Mark Ruffalo y después a varias tortugas en fila india salidas del estanque artificial de la estación. Una de ellas me miró y me dijo que era mi prima, Pili Grossa, y que si nos íbamos de compras a Humana, que había descuentos en prendas interiores. Salí huyendo asustada, no por que Pili fuera una tortuga, sino porque tenía la voz de Quique San Francisco. Al llegar a mi andén apareció un ser peludo y enano a mi lado que me decía: "¿Y si coges el tren en dirección opuesta? Vamos, cambia de aires. Vamos, atrévete. Vamos, confía en mí. Vamos, échale valor. Vamos que nos vamos, ¡otra muñeca chochona!" Y en ese instante en el que el tono de la frase se convertía en el de un feriante de tercera, me desperté sudorosa en la litera de mi buhardilla-estudio. Ya debajo de la litera, en la chiki-cocina, tomando leche con Eco y recomponiendo el sueño, me di cuenta de algo que me erizó el vello de los muslos: justo en dirección opuesta a Lisboa se encontraba Mirroque de Mar.
Buenas tardes, soy alguien muy importante, y por eso no puedo revelar mi identidad. Me ha gustado el post, aunque su sueño, Mina Patuco, parece más una pesadilla etrusca.
ResponderEliminarYo sólo recuerdo un sueño que tuve cuando era pequeño, era algo de un caballo y mi papá por ahí...
Atentamente: J.D. (insisto: aunque quisiera, no podría revelar mi identidad)
Cuando era niña me gustaba la bola de cristal, pero la voz de Quique San Francisco me parecía artificiosa, y siempre pensé que era un ordenador doblando a aquel tipo flaco de ojos bonitos protagonista de El Hombre Invisible. Con el tiempo descubrí que hay voces no humanas que sí lo son, como la suya o la de Ysabel Preysler, o incluso la de mi marido cuando le cojo fuertecito por las bolsitas de té y se las exprimo.
ResponderEliminarOs quiero,
PalMira D'or
Sigo viendo que este blog tiene menos sentido que un concierto de Björk en República Dominicana. Exijo una indemnización por convertir mi vida en una pesadilla
ResponderEliminarAlejo Demasié
Jajaja, me encanta la forma que tenías en tu sueño, Mina! Sales muy favorecida.
ResponderEliminarKara Melo
PD-saludos Alejo, acabo de verte!!
A mi me pasó algo parecido. Fue en la estación de Cercedilla bajo una fuerte nevada. Se me apareció Judas el Miserable que andaba en el anden tocando un bajo y mientras su nariz se empezaba a deformar, unos palmeros aparecían a su lado y todos cantaban: Vente pa Madrid!! Así que cogí la mochila y allá que me fui.
ResponderEliminarLa Mari de Camorritos
Esto que cuentan en el post está copiado de un telediario de 1988. Qué poca vergüenza...
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