Título: Alfreda, una persona grandilocuente
Género: pedante
Director: Un concursante de Operación Triunfo del 2002 que no quiere desvelar su identidad. O lo que
es lo mismo: anónimo.
Duración: Misa y media
Actores: Mily NIeto, Millán Salcedo, Ramón María del Valle
Inclán (no el escritor, si no otro).
Actores secundarios: Jordi hurtado y José Coronado
Alfreda, la mujer de un cerrajero, lleva una vida estresada
entre su trabajo en una ferretería, los horarios de su marido, y la música de
acordeón de una señora que toca debajo de su casa a todas horas.
Un día, por accidente, a Alfreda se le cae una maceta de la
ventana y la acordeonista gaditana fallece al instante. Alfreda se lleva un
gran disgusto, a pesar de que por otro lado, supone un alivio. Ante el temor de
que le acusen de asesinato con premeditación, y habiendo odiado su nombre de toda
la vida, Alfreda hace un hatillo con una sábana de franela y un selfiestick y
se marcha a vivir a Soria. Allí comienza una nueva vida como mujer soltera,
atractiva, que no sabe nada de productos de ferretería, y bajo el seductor
nombre de Marianela.
Durante casi toda la película la nueva Alfreda se reinventa
y vive feliz sirviendo tés en un café del centro durante las mañanas y participando
en tertulias culturales por las tardes, donde utiliza lenguajes pedantes y
grandilocuentes con los que nunca antes se había atrevido. Los problemas
comienzan cuando su nueva amiga soriana le cotillea el DNI en un despiste y
descubre que el nombre Alfreda existe, y que le corresponde a la pedante de su
amiga. No tarda en encontrar al marido cerrajero ni en enterarse del asesinato
que Marianela lleva a cuestas.
El Cerrajero en el momento de caerle la maceta, cuando aún no es muy consciente de que el pobre ha muerto |
La película llega a su clímax cuando el marido le ruega que
vuelva de rodillas, gritando su nombre desde debajo de su ventana, y mostrándole
un papel del juez en el que se sentencia que la maceta cayó por accidente y que
no irá a prisión. Entonces Alfreda, con
su nuevo lenguaje grandilocuente, le contesta a gritos: “¡no tengo intención
alguna, querido cónyuge, de volver a tu lado a pesar de que me hayan declarado
inocente!” y añade “¡olvídate de Alfreda, porque esta que te habla desde lo
alto es Marianela, como la de Galdós!”. Entonces, en un descuido, Alfreda le da
un codazo a una maceta llena de piedras de río y el cerrajero muere en el acto.
Crítica:
“Es una película
alegre y atroz al mismo tiempo, simplona y grandilocuente, como su propio
nombre indica” Leticia Sabater.
“Una pedantería del
siglo XXI” The Villaverde Post.
“El gran milagro de la
película es que hayan conseguido que los personajes no se rían al decir el
nombre de la protagonista: Alfreda” Kati Muñoz, Diario Espejito Espejito
“Antes me como un
churrasco con veneno que tragarme de nuevo las escenas de la pedante Marianela
en las tertulias de la sobremesa soriana.Eso lleva más de la mitad de la
película.” Quino Fénix
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