Cuarenta y cinco palos
le han caído
a Jacinto Milán
mucha gente lo conoce
como el cuñao,
pero eso es una historia
y esto un poema.
Cuarenta y cinco palos
llovidos
como la regla de don Gerardo
en sus uñas pringosas
cuando era solo un colegial
jesuítico.
Cuarenta y cinco mazas
bien dadas,
salidas de la boca de un suegro
a grito de "adherido",
"suelta ese pan, que no hay bastante",
o "tú pasas el verano con nosotros, sí,
pero te pagas el billete del Alsa".
Cuarenta y cinco rizos
cortantes como agujas
que cuelgan de la cabeza
de alguna mujerzuela del barrio
que cautivó su corazón
pijazo
y hoy la llaman señora de Tal.
Y sobretodo,
cuarenta y cinco dias
por año trabajado
si no deja de perder el tiempo
leyendo
gilipolleces como esta
A Damián, el Vasco
En la foto: Damian el Vasco, alias Michi, disfrazado de Sergio Dalma, su personaje de novela favorito.
LE CONOZCO. Sali con el antes de que conociese a la de los rizos.
ResponderEliminarLa Lore
Cuarento y cinco días sin entrar en Gavilán y el poema me ha llegado.
ResponderEliminarCuarenta y cinco lágrimas que me han salido de cada ojo...
Un fanático sensible.