"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


12/10/2010

Juanma, el camarero

Cuando daba por acabado un miércoles sin pena ni Gloria tomando un menta-poleo en un barucho cercano al taller de costura donde imparto cursos este mes, mi compañera Reme y yo nos vimos sorprendidas por un nuevo personaje gavilanesco a mas no poder: Juanma, el camarero.

Reme trabaja en la tienda infantil de al lado, aunque odia los niños. El trabajo lo escogió ella porque dice que si no te complicas la vida un poquito, ¿qué gracia tiene? Yo paso de su filosofía, por supuesto. El caso es que ese camarero panoli se nos acercó porque debió de escuchar la palabra “niño” cuando Reme me estaba contando que los encerraría a todos en un cofre y los tiraría al mar. El camarero nos desveló su nombre como si Juanma fuese algo inusual del estilo “Acantilado” o “Macareno”, y sacó un móvil de año de la guerra. Nos quedamos a cuadros, y yo ya estaba dispuesta a inventar que estaba casada para no darle mi número. Sin embargo, se puso a teclear para mostrarnos algo, y entonces nos puso un vídeo de un bebé llorando que duraba un día y medio. “Es mi sobrino”. El anuncio iba impregnado de una sonrisa de dientes grisáceos. Reme me miraba perpleja, pero Juanma se empeñó en ponernos un vídeo detrás de otro, un sobrino detrás de otro, por ejemplo, uno de ellos rubio como un demonio llamando gilipollas a su padre. Cuando se alejó por un momento para cobrar a una mujer anciana como el pacharán, Reme sólo pudo acertar a decir: “este tío está de coña”. Pero de eso nada. Volvió a la carga, y tuve que inventar que me llamaba un alumno almóvil exigiendo una clase nocturna inmediata de macramé por la que me pagaría más de 12 Euros, algo a lo que nadie podría decir que no.

Salimos del bar hasta el gorro de los vídeos de primera. Sin embargo, Reme me confesó algo, y lo hizo con una rima:

Bla, bla, bla, niños, sobrinos, hermanitos…

Bla, bla, bla, dientes grises y afilados

Mua, mua, mua, menudo tiparraco,

Uhuhú, ¡me ha robado el corazón!


En fin, que tuve que llevármela de los pelos. Esta chica cada día está peor de la cabeza.

5 comentarios:

  1. Cada uno de sus dientes era una escultura kárstica, lo juro.

    Reme

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  2. Menos mal que ya se te ha pasado y ahora le tienes echado el ojo al de la tintorería.

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  3. si ese de la foto es Juanma, reniego de sus muslos prietos y arrejuntados. Viva Marron el del hormiguero, por poner un ejemplo!

    El Rolas

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  4. Quisiera más información acerca de las clases de macramé.
    Gracias.
    Rosauro.

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  5. Jajaja...graciosísima historiajajaja...los dientesjejeje, los videosjojojo y el niñojijiji...gilipollasjajaja...no puedo parar que de reir y reir...
    Señora Gavilana qué vivencias...y la Reme que tampoco se queda cortajajaja

    el risitas

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