"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


10/07/2019

CARTELERA CULTURAL: Frustración en Paguí

Título: Frustración en Paguí
Género: Nouvelle Vaga (que no Vague)
Duración: Dos hogas y tgese minutes
Director: Ann Fanterrible
Idioma: español y francés de los bajos fondos (mec, putain, flic, etc)
Reparto: Tuque Sabes, Johny Dea, Apu Esnada y B.T. Yah. Cameo de Quique Sanfrancisco haciendo de galerista ciego de la calle Rochefort (galería de alimentación).

Argumento: Paula sueña con ir a París y en una tómbola benéfica le toca una batidora con ticket regalo de El Corte Inglés. Al ir a cambiarla por algo más práctico, le devuelven mil eurazos, con lo que se decide a sacarse unos billetes low cost y reservar los 800 restantes para le voyage, de 4 días.
Su sueño es cortarse el pelo a lo garçon, comer filet mignon y crème brûlée y llamar a les flics desde el Bois de Boulogne diciendo que se ha perdido.

Nada más llegar, descubre que los 800 euros que lleva no le durarán ni 24 horas y que cucú se dice igual pero se escribe diferente. Ilusionada por ir directa a Montparnasse a descubrir por qué Simone de Beauvoir se enamoró perdidamente de Jean Paul Sastre, que era espantoso, se decide a coger le métro desde su hostal en la Rue Perignac, donde le ocurren dos cosas extraordinarias: una, se encuentra por casualidad a su amor de verano de veinte años atrás y dos, al irse a saludar, el chico tropieza y se rompe le peroné. Los cuatro días siguientes los pasa la pobre Flora (su nombre ya era una fatalidad) acompañando a Elmer (sí, Elmer) a los distintos despachos médicos donde requiere tratamiento, sin poder tomarse ni un café en el Flore, cantar la Marsellesa o ver la tumba de Jim Morrison. 
Despedida Flora-Elmer 
antes del gran bofetón
Pasados los cuatro días, Flora se despide del pobre Elmer junto al Sacré Coeur, quien le dice inocentemente: “han sido unos días idílicos, he disfrutado de Paguí aún yendo en la silla de ruedas, y qué bien la has empujado” a lo que Flora, hasta el moño de guardar las formas, le atesta un solemne bofetón y le empuja Montmartre abajo, escaleras incluidas, mientras la imagen se funde de negro al grito de un NOOOOOOOOOOOO difuminado.
Elmer al aterrizar en el
Carrousel de Saint-Pierre, aún vivo.
Reveladora, reivindicativa y crítica con las personas que tienen accidentes domésticos sin pensar en los demás. El sindicato de vendedores de castañas asadas subvenciona la película, apareciendo de fondo en muchas de las imágenes del film.
Si uno se queda hasta el final de los créditos, se rompe la incertidumbre de si Elmer sobrevive o no al accidente: Chicago, 2023, una oficinista parece mirar con amor a un compañero de trabajo, que al fin se le acerca y la pide salir. Es Elmer, algo canoso, que da pequeños saltitos de alegría al recibir un sí, pero que tropieza fatídicamente con la impresora y se parte la clavícula, dejando a la chica espantada y regalándole al espectador un final abierto y emocionante.