"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


5/31/2020

Vuelve la psiquiatría barata

 Todo estuvo muy parado durante el confinamiento, y una de las cosas que más eché de menos fue espiar a mi vecino psiquiatra y a sus peculiares pacientes (véase uno de los posts sobre este tema aquí). Sin embargo, en medio de tanto silencio, una mañana oí barullo al otro lado de la pared y, al asomarme por el hueco de siempre, pude espiar, para mi sorpresa, a un mujer muy pequeña que se había saltado el confinamiento porque no podía más. A continuación, su calvario, su conversación con mi vecino, el psiquiatra estafador de mujeres, y su frase final, que me devolvió la esperanza en el ser humano:

—No podía más sin venir a verle.
—No se preocupe, para eso estamos. Ajústese bien la mascarilla, quédese ahí, en ese rincón, los 120 euros encima de la mesita, y cuénteme mientras yo me zampo un café con magdalenas. Comprenda que me ha pillado de sorpresa.
—Qué sabiduría, alimentarse para estar al cien por cien…
—Eso siempre.
—Ay doctor, que mi marido ya no viaja y hemos pasado más tiempo juntos que en toda nuestra vida.
—Alguna vez tenía que ser.
—Qué razón tiene. Sin embargo, el hombre es un pesado.
—Póngale a régimen.
—Lo está. Pero es a parte. Pasa el tiempo libre hablándome de la política de Gorvachov.
—¡Pero si eso está demodé! La Perestroika ha pasado a ser vintage. Claro que, hablar de Putin es sinónimo de decir un taco cada vez que se le menciona… (risita de autofelicitación a su locuacidad).
El psiquiatra agachándose a recoger las migas de las magdalenas
—Y que lo diga, doctor, qué razón tiene: yo no puedo pronunciarlo sin sentirme malhablada.Put... ¡no puedo!
—¿Qué otros problemas tienen? Comprenda que tengo cosas que hacer…
—Contar con él para elegir serie, tener que cerrar la puerta del baño cuando ya se imagina, escucharle canturrear la Macarena a todas horas, las tapas del champú abiertas…
—Mujer, lo de las tapas es algo entrañable.
—Usted es muy sabio, pero en este caso... Ah, ya comprendo, ¡jajaja!, ¡es una broma! El humor como terapia, ¡es usted supremo!
—Aaaaammmmm
—¿Está usted pensando?
—No, señora, es que las magdalenas son muy tiernas y, para que no se escapen, he de abrir la boca así: ¡Aaaaaaaam!
—Ay, doctor, si tan sólo ese inútil comiese magdalenas como usted lo hace… el muy patán remueve el café con tenedor.
—Parece sí, bastante imbécil. Pero mírele el lado bueno: nunca le será infiel porque, ¿quién puede aguantarle?
—Le diría que es usted un genio de nuevo pero es que, en realidad, lo que quiero es que alguna tonta me lo robe.
—Robe… Robe Lowe.
—Me voy doctor. Es usted subnormal de veras.

5/20/2020

POEMA DEL CONFINAMIENTO

Gente que, inexplicablemente, parece conocer este blog, me hace llegar pequeños escritos y poemas por debajo de la puerta de casa. Aquí mismo reproduzco el que más impacto me ha causado, totalmente desgarrador:

–¡Pim! ¡Pam!¡Pum!
–¿Qué es eso?
–Nada, la puerta del baño.
No te hagas ilusiones,
que la que no suena
es la de la calle.
–Mecachis...
–¡Siempre la misma palabra!
¿No podrías soltarme un taco?
–No me pidas eso,
estudié en los Agustinos...

           TELÓN

–Ras, ras, ras
–Y ahora, ¿qué?
El protagonista del poema, muy
preocupado durante su encierro

¿Es que hay ratones?
–Déjate de sueños,
me estoy rascando
las pelotas
–¡Papá!
–Ni papá ni leches.
Estoy en un ERTE
y yo estudié
en el instituto de mi barrio.