"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


5/20/2011

Eraso Alcampo, un caso singular

Eraso era un colega de la oficina cuando yo trabajaba en la ONG "Chorradas Sin Fronteras" (ONG con la firme convicción de que exportar chorradas varias a los países en vías de desarrollo, los ayudaría a salir de la miseria).
Eraso trabajaba en "el departamento de captación de artilugios chorras", y ciertamente era un tipo impecable en su trabajo, además de buen compañero y tipo genial. Pesaba 180 kilos, pero eso nunca fue un handicap para él.
Hace poco, pasé por delante de mi antigua oficina, y vislumbré un mozo alto y
corpulento atando su bicicleta. Los músculos de sus brazos despertaban los sentidos de cualquiera como café por la mañana, así que no lo dudé y me acerqué a pedirle su teléfono para una amiga mía soltera (yo salgo con Apolo, el chico anglosajón, ya sabéis). Al acercarme, me tropecé y me caí de bruces contra su preciosa bicicleta de ciudad, y aquel musculoso se dio la vuelta para ayudarme. Adivinad quién era.
El mismo chico que una buena mañana cuatro años antes se había bajado los pantalones en la oficina, y nos había mostrado con preocupación las escoceduras de sus muslos provocadas por el roce del andar. Eraso Alcampo era ahora un atleta, un griego, un Adonis. Cuando le pregunté quién le habia hecho aquello, señaló su bici, y me dio una tarjeta con su teléfono y la curiosa dirección de un blog de moda que sigo desde entonces. Os lo recomiendo.
Croooak!
En la foto, Eraso en su primer día en bicicleta, sólo dos meses atrás.