"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


10/24/2016

EXPOSICIÓN ATÓPICA

La semana pasada recibí una llamada de un viejo amigo que, después de haber trabajado durante años como abogado, había decidido sentar la cabeza y hacerse artista de vanguardia. Me comentó que inauguraba una exposición  en el herbolario "A la rica Tila", que por lo visto es un lugar puntero en el lanzamiento de nuevos artistas. Q. añadió: "dile a la pandilla de verano que venga contigo".
Aparecí allí con Mariví, que acababa de llegar como cooperante de una ardua misión en Estocolmo; con Chus (Jesús Alberto), que era el gracioso de la pandilla; con Mica(ela) y Maca(rena), las hermanas más sexys de la pandilla que seguían conservando el título después de haber parido nueve hijos entre las dos; y con Ron(erto) y Rod(rigo), otro par de hermanos que no se parecían entre ellos. Al vernos después de quince años lloramos emocionados lo que se dice quince segundos, para quedar bien, y decidimos entrar a ver lo que Q. nos tenía reservado.
En la entrada había un cartel que decía en letras hechas con regalices pegados:
  
EXPOSICIÓN ATÓPICA

y dos pasos más allá, una anciana con el emblema del herbolario zurcido en el delantal nos recibía con una copa de champán llena de algo blanco y cremoso, diciéndonos lo siguiente: "no lo beban, que es crema de yoyoba para pieles atópicas. Úntenselo por cara y extremidades. Todo le resultará realmente ATÓPICO".
A continuación, sonó una música como de peli de Stephen King y, efectivamente, lo siguiente iba a ser tan misterioso como inesperado. Rob gritó: ¡Cuidado! y, a punto de pisarlo, encontramos una vomitona tiesa en el suelo con un cartelito al lado en el que ponía: BOTELLÓN EN TRIBUNAL'97
Técnica de avellanas con crema de puerros en Thermomix.
Aquello nos provocó sentimientos encontrados entre la nostalgia y el asco y, sin darnos tiempo a decidir entre uno u otro, un hombre con un batín abierto y por lo demás totalmente desnudo, se nos cruzó patinando mientras tocaba una pandereta navideña. "Pero si aún es octubre" exclamó Mariví, que era la más lista de todos. Las hermanas Mica y Maca señalaron la siguiente obra de arte, que era un cartel escrito por la mano derecha de alguien zurdo:

AQUÍ ESTÁ SENTADO EL HOMBRE INVISIBLE. NO TRATES DE TOCARLE, PORQUE SE APARTARÁ.

Chus alucinó y comprobó que, efectivamente, el hombre invisible se había retirado de allí cuando él pasaba la mano. Nos quedamos boquiabiertos mientras la música de Expediente X nos perseguía y el de los patines mojaba sus deditos en nuestras copas de crema y nos untaba las caras sin cuidado, como para recordarnos lo atópico que era todo, incluidas nuestras pieles.
Las luces se apagaron y más invitados se amontonaron junto a nosotros. Un foco iluminó a Q. al fin, que llevaba un kiki justo encima de la frente y un micrófono en la mano, y que dijo: "Gracias por estar aquí. Espero que todo esto os parezca una mierda gigante" y acto seguido tiró el micrófono violentamente al suelo y se lo cargó, claro. El sonido estridente típico de los micros cuando no funcionan nos destrozó los oídos, y Q. aprovechó para coger una comba y saltar mientras cantaba: "A la comba, combita, combita, combaaa..." al tiempo que luz desaparecía de nuevo y su voz se esfumaba como con eco. Al volver la luz aparecimos frente a un espejo gigante que nos hizo saltar a todos del susto, y mucha gente aprovechó para retocarse el colorete. Unas flechas luminosas  brotaron en el suelo y el de los patines las seguía frente a nosotros, guiándonos ya sin batín siquiera, y llevando escrito en los cachetes:

SÍGUEME HERM (y una flecha que señalaba a su ANO completaba el mensaje).

Uno de los chimpancés que trabajan mano a mano con Q. ,
dando una clase práctica de pintura con acrílicos en la facultad
de Bellas Artes.
Le seguimos por unos pasillos laberínticos a través de los que se oían risas de personas de la tercera edad, seguramente sacadas del público de algún programa de María Teresa Campos. Una cebra-globo gigante con un puro en la boca se nos cruzó volando, y un eructo en off trajo de nuevo el silencio. La anciana de la entrada nos rellenó las copas de crema, y dos chimpancés llegaron trayendo ante nosotros un precioso cuadro multicolor de una belleza sorprendente. "Ooooooohhhh" exclamó todo el mundo.  "Los que no vayan a comprar la pota o el cuadro, que se larguen ya" dijo la voz en off, que era seguro la misma que había eructado. 
Tardamos tres segundo en desaparecer. "Pues chica, yo la pota la habría puesto de centro de mesa si no fuera por los niños, que se la comen seguro" dijo Maca mientras Rob y Rod no le quitaban el ojo. 
Llevo toda la semana repasando una y otra vez la exposición y sus partes. Realmente atópica...

10/03/2016

CARTELERA CULTURAL: CINE DE VERANO

Título: Cine de Verano
Género: Autoayuda y Thriller despiadado.
Duración: Lo que dura el tercer acto de King Lear en portugués.
Director: Cheis Yoverty
Productora: Ma' Ranna Productions
Actores: Jordi Hurtado (como técnico que trae e instala el equipo de cine en el pueblo), Miriam Díaz Aroca (como estatua en la Plaza de la Fuente), Elsa Pataky (cameo como portada de una de las revistas favoritas de Manoli), Kina Rui, Mela Grownstick, Donald Aguilar y Fonsi Nieto.


Manoli corre emocionada a montar el cine de verano, pensando
que esa panda de borrachos no volverá a pisar su local.
La vida es un tostón en una localidad del suereste manchego, y los siete vecinos del pueblo pasan el verano igual que el invierno: sin diversión y sin turistas de carretera. Manoli, la del bar, está cansada de tener colgados de la barra a los tres viejos de turno (su marido incluido). “Tol día” les dice, “tol día aquí”. En eso que la tele del bar sufre un cortocircuito y por primera vez recibe la señal de otros canales que no son el de Castilla La Mancha, y viendo la 2 se entera de lo que es un cine de verano. La idea seduce a Manoli: “si les pongo un cine en la Plaza de la Fuente, nadie vendrá al bar a dar la lata”. Así que coge los ahorros de toda su vida (tiene 38 años, pero aspecto de 65) y los invierte en comprar una pantalla de cine, proyector y licencia para 30 películas de la Warner Brothers. El pueblo entero acude al primer estreno con la emoción y la borrachera característica, con tan mala pata que la primera película en proyectarse por azar es “un sábado de sabuesos”. El pueblo no comprende los mensajes ocultos del cine de autor y, desesperados, incluidas las otras tres viejas que componen el censo, acuden al bar y se ponen de tinto hasta arriba. La película termina con una imagen de Manoli cacareando ante la pantalla de cine, sentada sola en la Plaza de la Fuente.