"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


4/24/2012

El hombre cableado

El otro día ocurrió un curioso incidente en la Clínica Suave, que pertenece a la Mutua de Mayoristas de Peluches de Importación, a la vuelta de mi casa.

A uno de estos mayoristas retirados le dió un jamacuco en plena calle, el pobre se quedó tan desmayado que la mujer del kiosco salió a hacerle el boca-boca como pudo, de modo improvisado. Creo que lo hizo tan mal, que el enfermo recuperó la consciencia por unos segundos sólo para rogarle que le dejara en paz. Sin embargo Fulgencia siguió con ello, mientras uno de los conserjes de la calle y yo nos ocupábamos de llamar a la ambulacia, que apareció en un momento y se lo llevó a la clínica, a unos 150 metros de distancia.

Aquel hombre nos pareció tan entrañable que los tres nos quedamos esperando el parte, por fín salió un médico y preguntó : ¿los familiares de Manolo Carretero? Entonces Fulgencia se levantó de un modo natural, y el médico lo interpretó como que era su mujer y el joven conserje y yo, sus hijos. "Está fuera de peligro. Le pondremos un marcapasos mañana por la tarde. Pueden pasar a verle", dijo sin andarse por las ramas. Pasamos los tres. Carretero estaba lleno de cables y medio atontado "quienes son ustedes", dijo; "¿por qué me han desnudado?", preguntó; "llamen a mi hermana Marijose", suplicó, y nos dictó nueve números.

Una empleada de Fulgencia,
que ahora ofrece consulta médica
en el kiosko
Al salir a la calle agarré el móvil y marqué el número hasta que la tal Marijose cogió el teléfono y solté la bomba: "su hermano Manolo está muy cabLeado". "Pues por mí, que se le pase pronto el cabreo. ¿Eres una de sus amiguitas orientales?" gritó la hermana, y colgó. Yo tardé tres o cuatro llamadas más en hacerle entender que Carretero estaba realmente cabLeado, o sea, lleno de cables.
Ahí terminó la aventura. Excepto porque desde que ha salido del hospital, el tal Manolo y su amiguito el marcapasos le llevan flores a Fulgencia por las mañanas. Una pena que Fulgencia esté casada, aunque ahora Carretero tiene tiempo de esperar.

4/17/2012

Gavilán o Paloma

Queridos pajarracos,

he estado ausente como blogger y como creativa de la estupidez. Un auténtico desperdicio de ideas pasajeras, de las que no vuelven. Pero tengo mis razones.
He estado observando el mundo, como cuando un niño chupa un helado colgado de un columpio por la barriga y guiña los ojos al sol al tiempo que gorgea como un mirlo. Ese tipo de ensimismamiento con que un tendero mira al horizonte pasmado después de que un cliente le haya preguntado por el precio de varios productos, y se haya ido sin comprar nada. Ese gesto de pócker de cuando miras la nómina del mes y compruebas que el pago de horas extras será siempre una utopía.
He pensado y observado tanto, que he sacado una grata conclusión: dejaré de observar y me pondré a escribir de nuevo. O, en otros términos : no mires al cielo, a ver si una paloma urbana te va a cagar en el ojo. O un Gavilán Palomo.