"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


2/11/2014

Darío Pineapple, un farsante metropolitano

A parte de haber soñado que una de mis hermanas se desnudaba en medio de un gimnasio masculino, la mañana de hoy se presentaba tan aburrida como cualquier otra, de camino a mi trabajo de cuidadora de dos niños superdotados de 9 a 11, antes de irme a la clínica podológica a “moler canela”.
A la llegada del metro vi a un tipo canoso dando codazos a un par de viejos por hacerse con el único asiento que quedaba libre. Al entrar yo detrás de ellos, descubrí que aquella cara me sonaba.
-¿Darío Pineapple? – Le dije
Darío se puso rojo como un tomate. Era aquel compañero de la facultad de patronaje y confección, que ya en aquellos tiempos tenía 35 años, pero el aspecto de 19. Enseguida se levantó.
Bastón-paraguas 
patentado por
Dar
ío Pineapple
-No, por Dios, siéntate. – Le dije temiendo que le diese un ataque al corazón por el esfuerzo
-Déjate de rollos, Patuco, estoy como un tigre. –Me dijo desplazándome hacia el otro vagón y sacudiéndose la harina que había hecho su pelo gris. – Esto  lo hago por las mañanas para coger sitio. Me despierto con resaca de mis juergas post universitarias y necesito descansar antes de llegar al trabajo. Mira esto – Se abrió un abrigo viejuno que formaba parte de su disfraz y descubrí debajo una chupa de cuero y una camiseta de Sex Pistols debajo.
Recordé que Pine, como le llamaban los amigos, era el líder de un grupo de punk en el que tocaba una guitarra hecha con abrelatas (no preguntéis cómo), cuyo batería iba disfrazado de oso panda durante toda la actuación, y más de una vez lo sacaron del concierto con lipotimias, pero aún con la cabeza de peluche puesta. Pine actuaba directamente desnudo y al final del numerito se quitaba el disfraz de desnudo y se quedaba desnudo de verdad, sorprendiendo aún más al público, quien realmente pensaba que había estado desnudo toda la actuación.
-¿A qué te dedicas? – Le pregunté queriendo evitar que él me preguntase a mí
-Soy manager de Parchís- Me quedé muda – Yolanda y Gema aún tienen mucho tirón, y David y Tino con maquillaje ganan mucho.
-Así que sigues dedicándote al mundo de la música.
-Claro. Y hago inventos. Mira esto.
Me fijé en que llevaba un palo grueso que iba desde el suelo hasta casi el techo del vagón. Arriba, tenía como una sombrilla, y a la mitad, como un mango. Le pregunté con la mirada
-Es un bastón paraguas. Para los viejos ideal. Pueden seguir apoyándose si abren el paraguas.
Me entró la risa y comprobé que a él también. La verdad es que seguía pareciendo tener los 35 años de hacía 15 años, que eran 19.
-Vamos, Patuco, qué sería del mundo sin hacer el gilipollas. Aún uso la tabla de skate con la que iba a clase, y esta misma tarde voy a comprarme una pistola de aire comprimido para tumbar latas.
Aquello me hizo pensar en que aunque a primera vista me había encontrado casi con un anciano, realmente estaba ante un tipo que no había perdido la esencia. Me di cuenta de que me había pasado de parada y ahí le deje, con la palabra en la boca. 
Corriendo para llegar a tiempo a cuidar a los autómatas, recordé que tenia una camiseta de Black Crowes aun guardada en el armario, y que debería sacarla a pasear mas a menudo.