"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


11/22/2010

Cartelera cultural

Título: Un extraterrestre soso de cuyons

Género: Triller- folk
Duración:
tres actos de media hora
Director: Recaredo Puaf
Actores: Julieta Garcia-Calleja, Alameda Manso, Kjiik Aaalej.
Argumento:
Una mujer muy decente está casada con un aborigen de otro planeta. Se conocieron en Rivas de la Manada, una población a 100 kilómetros de Fuengirola donde ella pasaba el verano. El gobierno de los Estados Unidos había depositado allí al extraterrestre pensando en que moriría fácilmente en la sierra más cercana, sin levantar sospechas.
Adela, la protagonista, le rescató y pensó que el único modo de salvarle la vida al inocente ser, sería eliminando aquello que le diferenciaba con los humanos.

Adela estudió cirugía durante años mientras le tenía escondido en el pajar de sus padres, hasta que al fin se sintió capaz de extirparle dos ojos, tres pezones, un pene y una barbilla que le sobraban. Después de meses de recuperación, el individuo parecía normal, le llamó Amelio, y se casaron sin más una tarde de domingo que celebraron con la familia de ella y actores que contrataron para hacer de la contraparte.

Pero esa es sólo la introducción. La película nos describe las reuniones de Adela con sus amigas del pueblo, en las que cada una cuenta las rarezas, engaños, exigencias alimenticias y comportamientos inexplicables por parte de sus maridos, de quien están hartas, mientras Adela comprueba una y otra vez que su marido, el extraterrestre, es extrañamente el hombre más normal de todos, comedor de croquetas y empanadillas sin descanso, hasta rozar lo aburrido.


Una película realista sobre el conflicto de pareja, la inmigracion y los talleres mecanicos de la Espana del siglo XXI

11/17/2010

Amancio, un tipo curiosamente agradecido

Un tal Amancio que sigue nuestro blog me ha pedido que le publiquemos un poema dedicado a su mamá. Amancio nos cuenta que tiene 31 tacos, vive con sus padres, y aún está pensándose en qué quiere trabajar a pesar de que le han pagado ya dos másters después de la carrera. Amancio, macho, si sigues así, vas a ser un pajarraco de los buenos. Os dejo leerla, para que los juicios los hagáis vosotros, pero me encantaria verle la cara al tal Amancio...

Tengo una lucha interna

y una ducha eléctrica,

y no sé cuál de las dos cosas es más peligrosa.

Dejé el cole hace tiempo

pero me persigue gente

que quiere jugar a los profes,

y eso no me va.


Desde los treinta años

llevo pensando en el futuro

mientras me como unas natillas

Danone.

Ahora tengo treinta y uno,

¡qué sufrimiento!


Tengo cosas que hacer,
como lavarme los dientes
o bajar a por el pan.
Mami, no me regañes si no lo hago
ayer me hiciste la camita
con sábanas limpias
y este hijito te lo agradece.
Te prometo que mañana mismo
me hago el currículum.

11/11/2010

A ver si va a ser eso...

Llevo años oyendo a mi prima Pili Grossa, la de la ebanistería que se incendió, alardear de sus clases de yoga. Cómo se volvió más elástica, “soy como una pelota de goma, como una muñeca hinchable de PVC”, nos decía mientras alcanzaba un salero con uno de sus pies en un restaurante oriental cuando comíamos a ras del suelo. Pili insistió en los beneficios de este arte, pero por falta de tiempo (ya bastante una tiene con ir a misa una vez al año) y de pasta (no de la que se come), ésta que escribe no ha pasado aún por las famosas clases.

Sin embargo, este año he visto cómo desfilaban ante mis ojos amigas y amigos, familiares de diversas índoles y condiciones, vecinas ancianas, hasta el frutero, camino a las clases de yoga. “Esto me está haciendo mucho bien”, me comentan, mientras además uno descubre vínculos con personajes de aquí y allá sólo a través de la academia Limbo, la academia Nirvana, o el estudio Shana Shana de la calle Alibustre. No me sorprendería que la mismísima Gavilán Palomo anduviese por ahí tratando de reforzar su delantera centenaria.

Madrid y sus madrileños caen como chinches, se pirran por el yoga, hacen nudos con su cuerpo y hasta con sus miembros, y mi amigo Rají va y se forra. Mientras, yo me resisto ¿por qué, digo yo? Y claro, aún tengo líos en la cabeza, dolores en la espalda, y preguntas sobre mi futuro.

11/08/2010

Secretos de hombres

Un hombre misterioso ha llamado esta mañana a mi puerta y me ha contado un secreto, pero no he conseguido oírlo porque hablaba muy bajito. La vida es tan extraña… cuando he querido decirle que lo repitiese se había esfumado y no he tenido fuerzas para esperar el ascensor y salir en su busca. Cuando iba hacia el metro, el hombre estaba agazapado en una esquina, y cuando le he sorprendido, se ha tapado los ojos como si así no pudiera verle. Al fin ha venido su mujer y le ha dicho “jugando a mosquear a la peña de nuevo, Richie?” y se lo ha llevado a trabajar. Eso me ha hecho pensar cuántos hombres incomprendidos hay en el mundo y cuántos secretos tienen, tantos que ni siquiera cuando los sueltan les entiende nadie.

11/05/2010

Mentiroso, mentiroso!

A todo el mundo le ha sucedido que un buen día va un amigo y te dice que en vez de tía, es tío. Suena tópico, lo sé, (a quién no le ha ocurrido, por Dios!) pero lo del travestismo está más pasado de moda que Ana Obregón dando las campanadas…

Una confesion de esas ha movido esta tarde al portero de mi casa a querer darnos una sorpresa. Estábamos en la reunión de vecinos cuando ha aparecido el hombre, con el mono azul y todo. Yo ya estaba pensando que no eran horas de seguir con el mono, y que debería jubilarse, cuando se ha sentado al lado de Mieles, la mujer más sofisticada del edificio, y treinta años más joven que él. Ninguno hemos entendido por qué, en medio de una conversación sobre los olores del patio interior, este tipo tenía que venir a hacerse notar. Entonces, Mieles se ha levantado y ha dicho lo siguiente:“este de aquí y yo llevamos enrollados 17 años”.


Yo juro que nunca hubiera apostado a esa carta. NUNCA. Sólo ahora, reprochándome mi falta de luces, vengo atando cabos del tipo “Mieles siempre baja a preguntar cuando se funden los plomos” o “Mieles paga a Beltrán para que le arregle la terraza”.


En fin, asimilar esta noticia y a este hombre de 64 años como protagonista de la expresión “enrollados” me ha tenido bien entretenida el resto del día, si no traumatizada.


Las trolas, como los gavilanes, inundan nuestras vidas, así que si tienes alguna, guárdatela.