"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


3/17/2020

CARTELERA CULTURAL: Perrería apocalíptica


Título: Perrería apocalíptica 

Género: Ciencia-ficción 

Duración: Nadie sabe hasta cuándo 
Director: V. Coronas 
Idioma: Parece que se ha extendido a todos los idiomas 
Reparto: Gente improvisada para que parezca aún más real. 
Una estudiante de filosofía se queda al cuidado de los dos hijos de sus vecinos mientras estos se largan a la Isla de Pascua a reavivar la llama de su matrimonio en brasas. 
Al cabo de pocas horas, Conchi pide ayuda a su novio porque ya no puede más, y en el momento en que Quique entra por la puerta se decreta el estado de alarma por un virus relacionado con cerveza o familia real a partes iguales. Los dos veinteañeros quedan confinados en la casa con los niños indefinidamente. 
Tras unos días de darle a la oca, al parchís, las tabas, al cantajuegos y a sesiones virtuales con los papás de los niños, que aparecen bronceados y fingiendo preocupación por no poder volver de momento, los dos estudiantes trazan un arriesgado y astuto plan para poder salir a la calle a tomar el aire. 
Ya que el único salvoconducto para salir de casa es pasear al perro, deciden coger un sucio peluche gigante de Cristinita, la pequeña, ponerle una correa y salir a pasearlo a ver si cuela. Para que el muñeco ande, le insertan unos patines de la Nancy y Quique emite ladridos sin articular los labios, algo que aprendió viendo a José Luis Moreno en la tele. 
La imagen apocalíptica en la que se les ve a los cuatro paseando a un perrazo gigante con patines y que ladra sospechosamente en mitad del bulevar vacío, pensando que están engañando a alguien, es lo más valioso y lo más patético de todo el film. 
Al final, una patrulla de la Guardia Civil los alerta por el megáfono: “SUELTEN EL PELUCHE DE FERIA. REPITO. SUELTEN EL PELUCHE, QUE NI SIQUIERA ES UN PERRO, QUE ES UNA ARDILLA GIGANTE. SUELTEN YA ESA BOLA DE PELO ARTIFICIAL Y VUELVAN A CASA CON LAS MANOS EN ALTO…” 
En un arranque heroico, Quique se la juega y mueve a la ardillaza con la mano por detrás e insiste con el falso ladrido, como si la mascota amenazara a la patrulla. Un sargento como un armario sale del coche con cara de malas pulgas y la familia de postín sale corriendo, dejando al perro-ardilla abandonado en mitad de la calzada, mientras la patrulla se aleja y suena la música de Rocky, nadie sabe por qué.

Quique en su arranque heroico,
ladra mientras sonríe
Angustiosa, aterradora, sin sentido, la película recoge una realidad paralela poco realista, incluso tratándose del género de ciencia-ficción. 


“No hay quien se trague que algo así pueda pasar en la vida real” Roque P. Tulante, El País 
“Un film apocalíptico con el que nadie se sentiría identificado, ni en sueños” K. Gón de ABC 
“Ni la mejor novela de Stephen King sería tan retorcida” Pablo H. Rodríguez, El Mundo