Una mujer de más de 100 años se cuela en unos cursillos de verano en Mirroque de Mar, 1999. A partir de ahí, la vida de Mina Patuco no ha vuelto a ser la misma. Kutrelux Ediciones publicó su historia por episodios en un fanzine clandestino, y de ahí, a la desbordante cifra de 37 fans locos por Gavilán Palomo. Este es un regalo cargado de humor ácido para todos ellos.
2/21/2011
poema feroz
Soy la suela de tus zapatos,
¿por qué no me miras a la cara?
¿por qué aceleras el paso cuando llegas tarde,
sin pensar en lo que yo tengo que aguantar?
Soy una suela resistente,
te he sido fiel durante años,
pero admitámoslo: me queda poco,
y yo sólo
rezo
para que no te apuntes a clases de baile,
y sueño
con que te pongas a régimen
de una puñetera vez.
Vania
2/18/2011
la receta de los huevos pardos
Una buena mañana nos mandó esta receta, "huevos molidos", su tesis final de la asignatura "vudú sano y natural". Aquello nos hizo reír tanto, que uno de nosotros se meó encima (no delataré a nadie, Rober).
Aquí os paso la receta, voy a achicar la letra, por si a alguno le duele sólo de leerlo.
Huevos molidos
- Córtale los huevos a un toro
- Escribe el nombre del tipo que te dejó en una palangana
- Pon los cojones del toro en la palangana
- Machaca con fuerza mientras pronuncias el nombre del portero de tu casa, el que te cae mal
- Licúa los huevos en una Moulinex mientras gritas el nombre de tu primer noviete, el que se enrolló con tu mejor amiga
- Sal a la calle y pártele las pelotas a un poli de una patada
- Come huevos cocidos de cena
- Duerme soñando con Igor, el del jovencito Frankestein y sus ojos de huevo
- Despierta, y si viene la poli a preguntar qué es ese olor, dales a beber los huevos de toro y huye lejos.
[En la imagen: unas ardillas presenciando la castración de un toro a través de la ventana del centro veterinario "animalada"]
2/15/2011
profes de costura, suelas de zapatos, y chicas de 11 años
- Mujer que se estira un pelo tras otro hasta que los arranca.
- Le queda aún media cabellera.
- La muerte del loro.
- Aburrida como un disco de vinilo pequeño a la velocidad de uno grande.
- Entre sus frases más destacadas: “Mi madre, que en paz descanse, siempre me dejó al cuidado de mis maestras. Volvió quince años después a buscarme. Me pica mucho la nariz,” “a los niños hay que tratarlos como a bolas de billar. Si se ponen tontos, les enseñas el taco”.
Tacos los que decía la zapatera mientras pegaba las suelas de mis botas de tafetán. Con semejante maestra, ni Franchesca, ni Paqui, ni su madre, la zapatera.
[En la imagen de arriba, una terrible muestra filmada en secreto desde el móvil de una de las companeras de 11 años de edad de Paqui, en la que Franchesca solicita repetir la pregunta y la maestra la maltrata verbalmente con una respuesta atroz.]
2/08/2011
noticia recortada de la prensa seria
2/04/2011
CLUB DE JUEGOS DE MESA
Es cierto que, en la novela Gavilán Palomo, reúno una gran serie de eventos y acontecimientos tremebundos que acaecieron en sólo ocho días en Mirroque de Mar. Sin embargo, es también cierto que, hechos para salir corriendo ocurren todos los días, sin que sea necesario trasladarse a un pueblo de la costa alicantina, o sin siquiera estar saliendo de la edad del pavo.
Un ejemplo abominable nos ocurrió a dos compañeras de mi clase de “cocina con canela en rama” y a mí misma en Silver Spring, Maryland. Una tarde hacia las seis, de las que llaman los americanos “noche” sólo porque está oscuro, se nos ocurrió adentrarnos en los bajos del bloque de edificios donde vivíamos, y comprobar de qué se trataba lo que los carteles de la escalera interior venían anunciando toda la semana, insistentemente:
CLUB DE JUEGOS DE MESA. ANÍMATE A VENIR Y CONOCER MEJOR A TUS VECINOS.
Rachel , Jennifer y yo, nos acercamos tan campantes y contentas, y deseosas de descubrir al hombre de nuestras vidas en aquel club del juego. Sin embargo, una vez más, la sorpresa llegó a nuestras vidas y nos hizo entender de qué va la vida:
Cuatro tipos que podrían ser Santiago Segura, Alex de la Iglesia, Assumpta Serna convertida en hombre y de nuevo en mujer, y Kim, la azafata del un, dos, tres, nos esperaban con sonrisas abiertas, pero del estilo “suplicantes”. Ates de que pudieran darse a conocer como los freakies que eran, habíamos desaparecido de sus mentes de juego de rol.
Aquel día maduramos un poquito más, entendiendo que el horno no está para bollos, que las mariposas sólo viven un día, y lo poco que tarda una mujer menos de treinta años en aprender a correr como una atleta olímpica para llegar cuanto antes a su casa (o al Starbucks).
(En la imagen, las fichas de un juego de mesa que reposaba junto al vecino que se parecia a Kim, la del un, dos, tres. Creemos que podrían estar hechas con auténticos animales disecados o con cerumen humano)