"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


11/24/2019

Visitando al tío Toni

El tío Toni es ese hombre que venía de visita los domingos para sacarnos de paseo a mis hermanos y a mí. Era una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde porque tan pronto contaba unos chistes para mondarse como en un suspiro se ponía rojo como un tomate regañándonos a pleno pulmón por cualquier memez. Las ganas de verle eran contradictorias, pensando en la diversión y en las broncas a partes iguales.
El fin de semana pasado me acerqué a verle a él y a mi tía y me invitaron a un cocido de los de antes. Los comentarios fueron los de siempre: “por qué no te casas, búscate un trabajo serio, vete a misa…” Pero llegado el momento, el tío Toni se vino arriba y comenzó con su ristra de chistes, algunos groserísimos, como este que se inventó delante de mis narices, asegurando que se lo habían contado “ayer”:
El tío Toni con
tapones de botella
en los ojos, su gracia
favorita 
-A un hombre le regalan un espejo muy grande. Llevaba años sin tener uno en casa, así que se desnudó de inmediato y descubrió que tenía algo en el vientre, que no era otra cosa que el ombligo. Lo palpó y enseguida se hizo con un destornillador para empezar a desatornillarlo con gran curiosidad hasta que ¡CLONC!... ¡los huevos se le cayeron al suelo!

Mi tío soltó una gran carcajada, como si acabase de oír el chiste en boca de otra persona (probablemente se había sorprendido a sí mismo, ya que se lo había inventado); mi tía se llevó las manos a la cara y se tapó los ojos denegando con la cabeza y yo me mondé por su originalidad pero, sobretodo, por la imagen de ambos, cada cual en su papel. Al verme reír, se animó aún más porque su público favorito le acompañaba (casi seguro que la imagen de mis hermanos y yo desdentados, riéndole las gracias, le vino a la cabeza) y se aventuró en algo mucho más complejo que decía así:

El tío Toni vestido
como un chiquillo
moderno, leyendo
Gavilán Palomo 
-Un hombre trabajaba en una fábrica de agujeros… - mi tía se levantó fingiendo que iba a hacer café, la cosa se ponía crítica. El tío Toni tiene una vertiente mucho más allá de lo groserísimo y es la surrealista, la que termina de sacarle de quicio a mi tía- El hombre tenía un camión, y cargó un gran agujero en el vehículo para llevarlo a un cliente. A mitad del camino, siente cómo se le abren las puertas de atrás y suena un gran estruendo. El hombre para el camión para ver lo que ha pasado y al llegar atrás no le da tiempo a ver nada, porque se cae por el agujero.
Llegados a este punto, mi tío llevaba un cogorza humorística que no había quien lo frenase, a pesar de que el chiste es, aunque a mi juicio muy bueno, de un humor tan elevado que pocos lo reirían. Sin embargo, no pude evitar partirme y pedir otro mientras mi tía seguía refugiada “con el café”. Animado por los buenos resultados, se lanzó con un tercer chiste:
-Un tipo entra en un bar y pide una ración de mejillones. El camarero se hace el remolón y trae sólo la bebida. El cliente le pregunta: “oiga, ¿y los moluscos?” a lo que el camarero contesta “MOLUSCOMÍ”.
La magia se evaporó y a la tía se le cayó el café por el camino. Fue como un jarro de agua fría. El tío Toni arrancó a reír pero yo no lo conseguía y él tampoco acababa de creerse su propia risa. Entonces, le vi arrugar la narizota, un gesto que avisa de que la bronca-cabreo se avecina.  Sabía que, hiciese lo que hiciese, me caería la bronca del siglo. Así que me aventuré a decir “parece que estas nuevas elecciones…” y entonces me cortó y me cayó la del pulpo, puso verdes a “aquellos cinco payasos” y y echó la culpa a mi generación, rojo como un boniato y a punto del colapso cardíaco. Yo me acordé de Michael Jackson y de su moonwalker y me puse de pie mientras recibía la bronca (que me traía entrañables recuerdos) y me iba alejando marcha atrás, hasta que alcancé la puerta y salí por patas.
Adoro al tío Toni, y olvidé decirle que le quiero antes de irme y por supuesto, estoy deseosa y aterrada – a partes iguales- de volver a verle pronto.

11 comentarios:

  1. Soy de un pueblo de Carolina del Sur, Estados Unidos, y mi tío Elmer era tres cuartos de lo mismo: cogía el arado de la tía Sue y se ponía a hacer malabares con él, hasta que un día se segó un brazo y se quedó manco. Era tan bromista que guardó el brazo segado en formol, y cuando venía alguien nuevo a visitarles, se lo metía en la manga y hacía que se le caía el brazo por accidente. Varios visitantes fueron internados después de aquello, pero él reía como loco, era un gran tipo. En su vertiente gruñona, un día me propinó una gran paliza después de robarle una loncha de bacon en el desayuno. Cómo le echamos de menos...
    Colin Dante

    ResponderEliminar
  2. Dudo que el tío Elmer exista y sobretodo que un americano maneje el español tan bien. No tengo más nada que decir, a parte de que todo este circo me pone furioso.
    Alejo Demasié

    ResponderEliminar
  3. Ya está, ya está, no se podía callar! Alejo Demasié arruinándolo todo!!
    P. D. T.

    ResponderEliminar
  4. Sé muy bien de lo que habla este post. Yo también encuentro los plátanos de Canarias excesivamente caros, y eso me lleva a comprarlos de importación.
    Nata Caña

    ResponderEliminar
  5. Como diría el tío Toni: Creo que los compras de importación para darte IMPORTAncia. Ja. Jaaaa.
    T. T.

    ResponderEliminar
  6. Mina Patuco, ¿no tienes miedo de que el tío Toni te abronque después de esta publicación? Debería darte vergüenza hablar así de un familiar mayor que sólo quiere divertiros y regañaros por igual, como haría cualquier tío del mundo, y casi como un padre...
    Remedios Casero

    ResponderEliminar
  7. Soy una mujer alta y fina y por eso tengo la habilidad de colarme por las verjas de cualquier sitio sin problema. La pasada noche un tipo me pidió entrar en su casa a través de las rejas de la ventana, porque se le habían olvidado las llaves, para sacarle el dinero y las joyas que tenía en el joyero (no recordaba dónde estaba, pero decía que casi seguro en el cajón de la cómoda). Yo soy cooperante y aquello me pareció una obra de caridad, pobre hombre, lo disgustado que estaba... le saqué todo y me dio las gracias y un beso en los morros, decía que era ruso y así se agradece allí. Luego vino la poli, malinterpretó todo, y estoy en la trena. ¿Algún abogado? El pobre hombre tenía prisa y no se pudo quedar a declarar en mi defensa.
    Bobby Tatou

    ResponderEliminar


  8. Lo que no entiendo es cómo sacas a la luz los entresijos de tu familia, Patuco. Jamás, bajo ningún concepto , contaría yo, por ejemplo, que mi abuela duerme en pelotas desde hace años ni que tienen que operar a mi hermano Fabio de almorranas (de las chungas). La indiscreción no me seduce, pero sí el hijo de mi portero.
    Bob Ocazas

    ResponderEliminar
  9. El bueno de Toni...
    Recuerdo una noche en 1964, Toni salía de Chicote con su mujer. Yo le envidiaba por su porte y por su parte. Intente llamar su atención bailando un solo de claquè. Apenas me miro y me dijo:
    Hombre tu otra vez...
    Por qué me dijo eso?????!!!!!!!!
    Era la primera vez que le veía!
    Su mujer muy elegante. Una mujer con una mirada explosiva.
    Aún recuerdo aquel día...
    John Guerras ( peluquero de perros)

    ResponderEliminar
  10. Conozco bien a esa familia...
    Les gusta ponerse cosas en las cuencas de los ojos.
    También en los dientes.
    Son peculiares.
    Les sigo -de lejos claro- desde hace varias décadas. Tengo documentos gráficos muy jugosos de sus vidas pero jamas venderé una exclusiva.
    Mis labios están sellados y mi corazón siempre cerca del gran Toni.
    Toni os the best!, ya lo decía la gran Tina...

    Fdo: Ton- Tina

    ResponderEliminar
  11. Querido John,
    me dejas atónita con estos comentarios que he descubierto hoy mismo. Descúbrete la careta, aunque creo que vives lejos y sosPECHO quién eres...

    ResponderEliminar