"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


2/01/2018

Llamada inesperada

Mina Patuco al recibir la llamada,
justo después de haberse teñido el
pelo de rubio platino.
Ayer me llamaron al móvil "Vaya", pensé, "hace siglos que nadie me llama, el chat está destruyendo la lengua oral..." así que descolgué con una ilusión especial.
—¿Sí? –pregunté con mi mejor tonito.
—¿Mina?
Imaginaos que descolgáis el teléfono y la persona más famosa del país está al otro lado pronunciando vuestro nombre. Era Morgan Berro, el cantante del grupo Pizza Caliente, lo juro sobre la tumba del portero de mi finca que, desgraciadamente, murió intoxicado la semana pasada limpiando el cuarto de las basuras (lo explicaré en otro post).
—¿Morgan? –le dije, como si le conociese de toda la vida–, perdona, pero te has equivocado. Es como un milagro.
—No juegues conmigo, Mina, hoy no es un buen día.
—Me siento halagada de que te hayas equivocado, pero no soy la persona que buscas. Has marcado mal, y resulta que también me llamo Mina.
Me dio la razón como a los tontos, y enseguida comenzó a soltarme un montón de cosas malas que le habían pasado, me dijo que se sentía desgraciado y que yo era la única que le podía consolar. Como traté de hacerle entender, pero no quiso, decidí darle los consejos que me parecieron oportunos:
—Hay cosas mucho peores, imagina tener que limpiar el váter después de la visita del fontanero, o ser el rey. Las personas en esas situaciones sí que tienen problemas reales. Debería darte vergüenza.
Morgan se quedó callado y enseguida dijo:
—Yo sólo quería que vinieses a casa hoy, mi mujer está de viaje.
—¿Por qué no te divorcias de una vez? –le dije abusando de su confianza.
Se puso tan pesado que decidí quedar con él en un café del centro sólo para que comprobase que no era ESA Mina, necesitaba ver su cara de tontaina al descubrirlo. Por supuesto, fingí que iba natural, con vaquero roto y camiseta de los doors, pero me llevó más de una hora decidir el modelo y aplicarme las mascarillas oportunas. Al fin y al cabo, era Morgan Berro, un tío muy bueno.
Cuando entró por la puerta se plantó justo delante de mí, no supe cómo me había reconocido. Se quedó mirándome complacido, con una sonrisa de idiota, encantado de la vida.
—No tengo ni idea de cómo sabes quién soy, pero no soy esa Mina. –Él asintió con la cabeza y pronunció mi nombre con una voz horrorosa, como de grulla. Entonces, me vino a la cabeza un recuerdo muy lejano— ¡El Grulla!
Hice conexiones, eché mano de flash backs que me enviaba el cerebro a la velocidad de la luz... Manolo Berros, compi del instituto, enano y enclenque, con voz de grulla, sin desarrollo aparente llegados los 16 años, pecoso como él solo... se fue a vivir a otro país, de la noche a la mañana, por el trabajo de su padre.
—Mina, lo que me ha costado recuperarte...
El Gruya y Morgan Berro, vocalista
de Pizza Caliente,  contraste entre
pasado y presente.
No le pregunté quién le había dado mi teléfono, pero sí quise preguntarle de dónde había sacado aquel look y aquella voz maravillosa y, sobretodo, por qué, habiéndose hecho famoso hace ya años en esta misma ciudad, no había venido a buscarme antes. Me contestó a la pregunta sin tener que hacerla.
—¿Vamos a mi apartamento? Tengo un jacuzzi.
Estaba claro que había echado mano de su agenda de los 90, y que se había convertido en el cerdete que nunca, antes de los 16, había podido ser.
—Aparta de mi vista, o llamo al Diez Minutos.
Se fue con el rabo entre las piernas, pero no las mías. Yo también me había quedado con las ganas, pero el poliamor aún no es lo mío.



4 comentarios:

  1. Me llamo Arturo, y querría centrarme en el tema de los amigos de instituto. Yo tenía una amiga muy especial con la que compartía todas las horas de pellas. Era guapa, inteligente y divertida. Yo era un tostón, negativo, fofo y apático. A pesar de todo me dijo que me invitaba a su casa, que estaba sola, y que podíamos ver alguna peli de dos rombos. Lo entendí mal y pensé que me estaba proponiendo jugar a la mona, juego de cartas que detesto. El lunes ya no me dirigía la palabra. He tenido años suficientes para darme cuenta de mi error y atacarme a mí mismo con tortas e insultos variados... ¿alguien tiene su teléfono? Rita Martínez, Instituto San Isidro, año 81-82.

    Arturo Lense

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  2. Me he informado sobre este blog, y hay información falsificada. Creo que Mina Patuco no existe, y que incluso es un hombre mayor de 50 años quien redacta el blog y fantasea con una vida ficticia. Exijo explicaciones.
    Amelia Dora

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  3. Mina, eres encantadora. He reído y he llorado con este post, sin duda basado en la realidad más fehaciente. Al verme afectado, mi gato se ha hecho pipí. Voy a limpiarlo.
    Con admiración:

    Roque Tralla

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  4. Hola, soy jardinero de profesión pero recadero en mis ratos libres, pues hacer recados es mi hobbie. Quería comentar a Mina Patuco que soy una persona muy interesante y que me gustaría aparecer en su blog, como protagonista de un post. Es la ilusión de mo vida. Aunaue sea uno de esos poemas de la sección "poesía pura". Pago en efectivo si hace falta.

    Aquiles Cozor

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