"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


5/27/2016

ME LARGO (de nuevo)

No llegué a contaros los motivos por los que dejé la clínica podológica donde trabajé (entre otros) hasta hace un par de meses, y hoy he encontrado este relato, que escribí muy confiada después de mandarlo todo a paseo. Dice así:

Al fin reniego de mi trabajo de lunes, martes y viernes. La podología no es lo mío, ni la "estetiSIÉN" tampoco. Llevaba algo de tiempo tratando de decirle a Joe Wang, mi jefa, que quiero largarme de aquí. Me sentía mal, culpable, como si le fuese a hacer la faena del siglo. Pero al fin se lo dije: "Joe Wang, que quiero dejar esto". Joe me clavó su mirada profunda y oriental y me dijo: "¡Claro! ¡Haz lo que te venga en gana!" Luego eructó y dijo "¡salud!". Entonces, tentada por la idea de recular en mis palabras, vista la poca importancia que me brindaban después de darlo todo durante los tres últimos años, entró un albañil de 67 tacos, recién llegado de enyesar, grueso y con un olor corporal similar a una Wopper XL, y exclamó: "Hohe, he vengo de la hohra, tengo loh pieh ahí ahí, me loh laváih y alicatarme lah uñah y eho".
Lijadora con la
que mi compañera
Ani, la arquitecto,
lijó los pies del
albañil.
Se quitó las zapatillas de estar por casa y se dejó ver dos cocodrilos momificados, o lo que era lo mismo, sus pies. Joe Wang me miró y entendí que era un regalo para mí. Entonces me sentí reafirmada en mi decisión y me largué, dejándole a mi compañera Ani aquel marrón. Mi abuela dice que hay cosas peores que mi trabajo, y no lo dudo. Pero es hora de hacerme entender a mí misma que podría haber otro futuro. Sobreviviré trabajando en la pastelería vegana los miércoles y jueves y como canguro de esos pequeños hijos de la vecina. Lo que más me anima en estos momentos, hoy en concreto, en mi primer día de libertad, en que me he apuntado a un curso presencial de ganchillo, arte floral y poemática, tres en uno, en Bar Manolo. 

El curso de Bar Manolo no fue para tanto. Pero he sobrevivido hasta ahora. Os seguiré informando.

5 comentarios:

  1. Mina, no desesperes, has tomado una decisión importante pero no te arrepentiras. Ni siquiera cuando veas que no puedes llegar ni al día 5 de cada mes. Tú eres fuerte y vale más caca por limpiar que cocodrilo por recortar; al pan pan y a la uña la Ani; a quien de marrón se aleja buenos pechos le crezcan

    Anónimo que soy yo, la del bar Manolo y por cierto que no estaba tan mal la cosa

    ResponderEliminar
  2. Hola, prefiero no decir mi nombre, aunque todos me llaman Cherif. Yo fabrico cajas de cartón, como Bart Simpson en un episodio, y la verdad es que lo odio. Un día le dije a mi jefa "me voy, no aguanto más", y ella me contestó: "pero Cherif, si son las cinco de la tarde. Aguanta una horita más y ya te vas a casa. ¡Hasta mañana!" Aquello me dejó sin recursos y hasta hoy.
    P. TT. (Cherif)

    ResponderEliminar
  3. Hola, me llamo Saphir Lazuli, igual que uno de una novela de Boris Vian, qué le voy a hacer. Quería comentar que nunca me he hecho la pedicura, y que me da corte porque soy estilo machote y lo de ir a la peluquería a eso como que no. Admito consejos sobre cómo afrontar mi situación: quiero los pies muy suaves, pero que me vea la gente con algodoncitos me mata. También me encantaría que me pintaran las uñas, ¿qué pasa?
    Un gran admirador que espera tu consejo, Mina:
    Saphir

    ResponderEliminar
  4. Jajaja, pensé que sería la primera en escribir comentarios! Mina, eres la bomba de King África, hiciste bien en huir de esos pies centollo. Yo si trabajase en la Real Academia de la Lengua también querría irme pitando de allí, por suerte trabajo en una fábrica de churros sin aire acondicionado, pero qué feliz soy cuando salgo de ese infierno cada tarde y me siento en la terraza de mi barrio a meterme un lingotazo de bermú!
    Por cierto, si alguien quiere churros de crema o chocolate, los llevamos a casa.
    Atte.:
    Eleanor Camacho

    ResponderEliminar
  5. ¿Alguien ha entrado alguna vez en una tienda de productos delicatessen con algunos clientes dentro, y al hacerlo, ha cantado con voz de pitufo: "parabá pa pa pa pirubí pi paaaa pa pachú pachú" y después ha cacareado?
    Una vez te largas de allí, te ríes todo el camino hasta que llegas a casa.
    Nico Chino Niná

    ResponderEliminar