"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


9/29/2010

Gavilan sigue en todas partes



Cuando conocí a Loreto Tinoco, una rufiana de más de medio siglo que se hacía pasar por quinceañera en unos cursillos para adolescentes, creí entender que nunca en la vida volvería a ocurrirme nada igual. Un cúmulo de personajes quijotescos se reunieron en torno a mis dos queridas amigas (China y Negri) aquel verano, no sólo Gavilán Palomo, aquella mujer de la que os hablo, si no también Tristi, Honorato, o el Monitorazo, un ser de voz quebrada y rizos imposibles.


Sin embargo, han pasado ya más de diez años, y he entendido algo muy importante: Gavilán no se reduce a una madama aguileña de pechos caídos, si no también a jefes configurados en algún lugar del espacio exterior y otros personajes realmente insólitos.

Muchachos que aún visten jerseys por los hombros, hombres de más de sesenta que salen al paso dirigiendo empresas sin tener ni zorra de informática, tipos y tipas que ascienden ante el asombro de los que saben que su coeficiente intelectual es menor de 0,1, ancianas que se cuelan en el super…De todos ellos espero hablar, porque merecen un lugar en el mundo de Gavilán Palomo, un mundo en el que si no puedes deshacerte de la chiquillada, ríete de ella.


Ya lo dijo la mujer de mi portero: “si los colines se te atragantan, dales una capa de barniz, y juega con ellos”.

5 comentarios:

  1. Entiendo perfectamente a lo que te refieres, Mina Patuco. Mi vecione es sueco y piensa que aquí en España puede encontrar salmón fresco en cada esquina. Pinesa que los filetes de ternera están hechos de salmón noruego, y que la fruta sabe a salmón, como en su pueblo. Llevo semanas tratando de explicarle que no es así, pero no es capaz de entrar en razón y mirar el mundo desde un punto de vista libre de pescado. Gracias por este regalo tan entrañable.

    Araceli Castillo

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  2. Yo también entiendo a Mina, pero eso no quiere decir que no le vea las orejas al lobo. Me llamo Camila Hernández, natural de Tetuán. Cuando llevo poca compra, solicito a personas amables que me cedan el puesto en la cola, y a menudo siento cómo, por mi edad de más de setenta y mi aspecto desaliñado, me miran con un tono ofensivo y se niegan a ello. Un día estaba tan harta de la poca colaboración, que me puse la barra de pan debajo de la chaqueta y les advertí que aquello estaba cargado. No sólo me colaron, si no que me dejaron irme sin pagar, porque a sus ojos, no llevaba nada.
    Esta es mi vida y mi triste destino. Terrorista de pan blanco. Y bien, ¿en qué sector me encuentro a tus ojos, Mina Patuco?
    Águeda Manso

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  3. Querida Águeda o Camila, me he despistado con tus juegos de palabras. Porsupuesto, gente como tú entran símplemente dentro del ámbito gavilanesco. Dejo a juicio de nuestros seguidores si haces bien o mal, porque, ¿acaso siquiera yo tengo derecho a mirar mal a un vejestorio como tú, que podría ser protagonista de una película de Almodóvar?
    Al resto de los fans: os quiero, fotos no.

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  4. Mina, no sabes qué ilusión me hace saber que ya existe un blog dedicado a esos surrealistas seres que nos rodean. ¿Os he hablado alguna vez del taquillero de mi polideportivo? Os daré más señas: Polideportivo Municipal Barrio del pilar, Monforte de Lemos, junto a las Torres. Prometo que el taquillero va a dar juego y si es posible hasta os enviaré su foto. Haced la prueba y por ejemplo decidle que venís a apuntar al niño a las clases de tenis. Ja, ja, ja, me parto de pensar en sus "amables instrucciones", me parto de pensar en su satisfacción contándote todas las pruebas, requisitos y papeleos que deberéis completar mientras vuestra cara se gira buscando a alguien alrededor que de respuesta a vuestra pregunta ¿pero le he hecho yo algo a este hombre? Me paaaarto de pensar que a lo mejor ese día esté la taquillera administrativo sustituta capaz de devolverte el cambio de 5€ en monedas de 20 céntimos mientras te ladra gritando ¿es que eso no es dinero? como contestación a tu pregunta de por qué te devuelve el cambio en centimitos mientras estás viendo su caja llena e monedas de 1€. Me parto pensando en poner en marcha un experimento urbano consistente en visitar a los taquilleros del polideportivo de Monforte para compartir nuestras experiencias frente a estos fenómenos humanos de la categoría de Ignatius J. Reilly. ¿Alguien se anima?
    SUS

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  5. Gracias Mina y Anónimos con firma, me llena de orgullo y satisfacción haber dado, por pura casualidad, con este blog. Y es que vivimos en una sociedad en que a todo el mundo le parece normal ver circular viejunas con el pelo morado, en sus variedades blanco-morado y negro-morad. Pero morado al fin y al cabo. Ahora bien, si vas tú y te tiñes del mismísimo color teniendo 40 años menos no te dejan pasar ni por los tornos del metro, pues es una osadía que alguien con menos de 85 circule con el pelo violeta. El día que me pasó eso comprendí lo curiosos que son nuestros congéneres: ¿acaso morado y violeta no es lo mismo, al igual que anchoa y boquerón? Nadie pareció convencerse del argumento. Y finalmente yo, volví caminando.

    Acadia Miller

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