"Espinete, ¿te vienes a la panadería de Chema?"
Don Pimpón, 1985


9/17/2024

Mentiras arriesgadas o el retorno al pueblo de Pili Grossa

Ayer, mientras nos hacíamos la pedicura mutuamente, mi prima Pili Grossa filosofaba sobre el peligro de las mentiras, aun cuando son bienintencionadas. "Sin ir más lejos", me decía, "un vendedor de artilugios de cocina a domicilio con el que había flirteado me llamó después de ocho meses de venderme un cortacanapés eléctrico, y me ofreció una cita de 4 de la tarde a 10 de la noche."
Pili ni siquiera recordaba su rostro "solo algunas pecas traviesas", me dijo, y el hecho de que andaba liada con un polémico crítico cultural le hizo pensarse si quedar con él o no. "Como seis horas me parecían too much, le dije que lo ajustábamos a treinta minutens porque estaba viviendo ahora con mi tía Reme, la del pueblo. En el propio pueblo. Aunque tú y yo sabemos que nunca he salido de esta ciudad". Le propuso quedar a tomar una horchata junto a la estación de autobuses (que Pili no había utilizado en la vida) para volverse luego al pueblo que no existía. A cuidar a la Reme. Que tampoco. 
La conversación en torno a estas trolas se desarrolló de la siguiente manera:

Pili y el vendedor de utensilios durante la conversación en torno
a las trolas, donde Pili se cambia de modelo y peluca varias veces
Vendedor: Te llevaré luego al pueblo.
Pili: No, si está lejísimos.
Vendedor: No tengo nada que hacer.
Pili: Yo sí. Acostar a mi tía.
Vendedor: La acostamos juntos.
Pili: Debo ir en bus.
Vendedor: Soy tu chófer.
Pili: (en el pensamiento: tú lo flipas) Debo usar el abono, que caduca.
Vendedor: Lo renovamos.
Pili: Una horchata y ya otro día, si eso.
Vendedor: Como veas.
Pili: Cristalino como el agua. Media horita.
Vendedor: Ya veremos...
Se encontraron en la horchatería. El tipo casi se cae de culo al ver su bronceado y Pili se llevó una grata sorpresa. Era fornido y decía disparates sin parar, justamente su tipo. Hicieron gárgaras y se metieron pajitas por las narices al estilo gilipollas, practicaron el moonwalker recordando la infancia y hasta hicieron el "ay que sí, que no, que síiiiii" al ir a darle el dinero al camarero por las horchatas.
Por principios y más bien por ocultar su trola inicial, Pili se despidió fastidiosa para irse al bus. Él insistió con lo de llevarla al pueblo, pero ella, que no. (¡A dónde iba a llevarla!) "Pues te acompaño al autobús". Pili dudó si confesar que no había ni pueblo ni tía, pero su orgullo la hizo continuar hacia la plataforma cuatro, por decantarse por una. 
Paco y Pili, despidiéndose de modo informal
en la Estación de Autobuses de Moncloa

El cielete vendedor no se le despegaba "¿Es ese?", la preguntó, y ella asintió sin más. VILLAMANRIQUE DE TAJO. "Ese es, tú vete, que ya me subo yo". "Quiero decirte adiós y verte ir. Es romántico". Tenía una sonrisa encantadora, por algo le compró el cortacanapés en su día, que era un churro. 
Pili quería volver a verle, así que  siguió con el teatro por no quedar mal y tuvo que subirse al bus hacia Villamanrique, pagar cinco con diez, y ponerse en la ventana para que Paco la viese bien. 
El bus arrancó y ella mantenía una sonrisa de Gioconda que encerraba tacos muy fuertes y preguntas como "¿qué cojones hago aquí? o ¿Seré gilip...?"

7 comentarios:

  1. Hace siglos, después de discutir con mi casero, me monté en un autobús sin rumbo porque en las pelis la gente siempre lo hacía. Lo malo es que aquel autobús no me llevó hasta Detroit o Des Moines, sino hasta Trujillo. Me calcé un seco de cabrito y volví a casa rodando y haciendo autostop. ¿Qué aprendí de todo esto? Que no soy Forrest Gump, que las carreteras españolas sufren atascos y que los extremeños tienen un acento peculiar.
    Ale Lado

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  2. En 1986 le robamos el peluquín a mi tío abuelo Tirso. Era militar y cuando se dio cuenta se puso rojo a punto de explotar y juró que si daba con el pequeño cabrón, lo convertiría en mortadela. Nos hicimos literalmente aguas mayores y por lógica, tiramos el peluquín por el WC, provocando una avería en el alcantarillado del barrio de no te menees. Pero de veras, jamás nos pilló. Lo sacaron lleno de mierda y pensaron que era un gato muerto. Juramos no contarlo mientras viviese el pobre tío Tirso. RIP tío, que ya te has ido. Y sin peluquín.
    A.L.

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  3. No entiendo que en un blog serio como este se publique un post sobre relaciones amorosas y mentiras piadosas y venga uno a contarnos eso del peluquín. Me saca de quicio que haya gente así, y que haya blogs como este, que en realidad, apestan. Algún día me vengaré de todos vosotros con algún comentario terrible y Mina Patuco volverá al anonimato, porque ya ninguno de sus doce seguidores se acordará de ella.
    Alejo Demasié

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  4. Soy Arthur Dydo y en el pasado post mencioné que las modas cambian y que ya no uso bidé. Pues bien, he vuelto al pasado, para que me entiendan. A. D.

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  5. Las quejas de esta tal Pili me ponen de mal talante, al menos algo ocurre en su vida amorosa. Me llamo Malbrot, Santiago José Malbrot, aunque muchos prefieren llamarme Malbrot Pulemasas, y llevo catorce años sin mirar a los ojos a una mujer. Todo empezó en Guindal, mi pueblo de nacimiento, donde conocí a una doncella, de nombre Cándida, que os pondría el pelo en pico, o los pelos de punta, como prefirais. El caso es que estaba tan enamorado que le envié por correo una réplica a escala 2:1 (soy muy bajito) de mi figura desnuda (vello y todo) como propuesta matrimonial, que por desconocidos motivos, rechazó. Meses después me enteré de que contó esta historia en una entrevista de RTVE y que se llevó la estatua consigo, lo cual explicaba perfectamente la clase de comentarios que habia estado recibiendo de gente desconocida, comentarios como "mirad, es el pibito del pincel raro" o "eh, alto ahí cabrito, enseñanoslo, no me creo que sea tan de color turquesa", y demás comentarios de semejante índole. Esto me dolió tanto, que tuve que pasar a vivir en las sombras, y a día de hoy, sigo sin haber interactuado con nadie. Este blog es lo único que me mantiene cuerdo, las piedras en los riñones no son el mejor compañero, muchos me entendereis, espero.
    Atentamente y siempre tuyo, Cándida.
    Malbrot Pulemasas.

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  6. Que me caiga encima un andamio de cuatro pisos si lo que cuento a continuación no se acerca a la verdad, o es una trola más, como las que cuenta Mina Patuco que siempre se ha caracterizado por inventar historias sin sentido a derecha, izquierda o en línea recta. La semana pasada paseando por la Castellana dirección Burgos (estoy enganchada al contador de pasos de mi Ayfon), pude ver con mis propios ojos a través de mis lentes de aumento, como un camión cisterna que transportaba leche condensada se quedó atascado en un túnel a la altura de Plaza de Castilla, La carga del vehículo se partió en dos y la leche comenzó a salir en cascada provocando una marea pegajosa y dulce que inundó toda la plaza. Los transeúntes nos quedamos pegados a las aceras y comenzamos a chuparnos las piernas los unos a los otros. Un asco... Tarde mucho en poder volver a casa pues me costó quitarme a los chupones de mis piernas. Al final solo me hice 600 pasos.
    German da Huevos

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  7. Llevo once años esperando leer algo decente en la prensa nacional, y tengo que ir a caer en este blog de merde para encontrarlo. Ninguna historia supera lo de mi operación de próstata, en la que por accidente me truncaron con otro paciente y me pusieron un segundo pene. Lo milagroso es que la próstata se me curó. Lo mejor y lo peor de los resultados lo contaré en otro comentario muy pronto.
    Al Ternativo

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